Te presentamos los diez problemas que hacen difícil perder peso a partir de los 40 años y cómo superarlos. Y de postre un menú modelo.

¿Qué ocurre después de los 40 que nos impide adelgazar?
Hasta los 40 cuando cogíamos algo de sobrepeso no nos preocupaba mucho. Un poco de ejercicio extra, cuidar un poco la alimentación y en unos días o semanas volvíamos a nuestro peso.
Pero una vez cumplidos los 40 eso ya no funciona. Nuestro metabolismo cada vez es más lento y económico con lo que gastamos menos calorías y además nuestros hábitos y obligaciones nos impiden cuidarnos como antes. Podemos resignarnos y ir acumulando uno o dos kilos por año (mejor no hacer cuentas) o buscar soluciones. A nosotras nos gusta más la segunda opción. Aquí tienes los 10 problemas con sus soluciones y al final un modelo de menú que también te ayudará.
Problema 1 – El cuerpo quema menos calorías.
Naturalmente, con el paso de los años tu cuerpo necesita menos calorías para cumplir con las diferentes funciones. Decimos que el metabolismo se vuelve más «perezoso». Es algo normal y ¡es hormonal! Además, los kilos de más empiezan a instalarse no sólo en el trasero, sino en la parte de arriba del cuerpo, siempre a causa de las hormonas que empiezan a fallar.
La solución: disminuir el aporte energético diario entre 150 y 300 kilocalorías. Eso equivaldría a eliminar cada día un helado o cuatro rodajas de salchichón…
Problema 2 – Haber seguido muchas dietas anteriormente.
Sí, nuestro cuerpo aprende !! Cuantas más dietas hayas hecho, más le costará a tu cuerpo reaccionar. Cuando le falta la comida reduce los gastos energéticos para aprovecharla mejor. En términos médicos puede que hayas empezado a ser insulino-resistente y tu páncreas ¡ya no trabaja tan bien!
La solución: olvídate de las dietas hiperproteicas que harán que tu organismo sea todavía más resistente a las dietas.
Cambia algunos de tus hábitos y limita el consumo de queso y embutido. Come más grasas vegetales y también alimentos con alto contenido en fécula (hidratos de carbono complejos) al mediodía (excepto pan). Así, evitarás lanzarte a por una tableta de chocolate justo después.
Problema 3 – Te pierden los platos a fuego lento.
Ahora somos más exquisitas y no nos conformamos con la fruta o los bocadillos que tomábamos hace unos años.
Es normal porque tu gusto se ha ido formando a lo largo del tiempo y has aprendido a desear lo bueno… pero eso también tiene sus desventajas. Lo sabroso suele llevar gran cantidad de azúcar y/o grasas.
La solución: aprende a aligerar los platos. Prepara garbanzos pero sin chorizo (o si lo haces, por lo menos prepáralo en una olla aparte), sustituye el jamón por el tocino, elimina la nata de las salsas, usa condimentos ligeros,…
Problema 4 – Te encanta el buen vino.
Nos encanta el buen vino y la cerveza y además estamos orgullosas de ello. Te gusta mucho y con el paso del tiempo entiendes más. El problema está en que un vaso de vino contiene 70 calorías y un tercio de cerveza 150 calorías.
La solución: aprende a conformarte con un vaso de vino en la mesa y pon siempre un vaso de agua al lado para calmar la sed. Si tomas el aperitivo, olvídate de los vinos dulces, las cervezas y los cócteles…
Problema 5 – Ya no dedicas tiempo a cocinar.
Tienes poco tiempo y muchas cosas que hacer. Por otro lado tus hijos ya no están en casa o son mayores y por eso, cada vez optas más por calentar platos ya preparados. Además, ¡tienes buen apetito!
La solución: sin dejar de cocinar rápido, prepara pescado al papillote, verdura… Prueba el alga agar-agar en polvo que sirve de gelatina y no tiene calorías. ¡Un milagro para salsas y terrinas! Dedica algo de tiempo a descubrir recetas de cocina ligera. Ya no cocinas para una familia en crecimiento. Tu cuerpo lo agradecerá.
Problema 6 – Comes muchas veces en restaurantes
Esto en sí no debería ser un problema. El problema es que la comida que ofrecen normalmente suele ser grasa y las cantidades no siempre se adaptan a tu apetito con lo que acabas comiendo más de lo que querías.
La solución: ¡Elegir correctamente! Verdura o sopa de primero y pescado o carne blanca de segundo. Y ya está !!
Pide unas verduras junto a la carne o pescado o pide una ensalada y olvídate de las salsas y del postre. Cuando llegues a casa tómate un yogur o una pieza de fruta si es necesario.
Problema 7 – No haces deporte
Nos hemos vuelto más cómodas con el tiempo y nos cuesta salir a hacer deporte. Es una pena porque la necesidad energética de tu organismo ha bajado y es necesario que aumentes el gasto físico. Recuerda que un cuerpo en forma tiene un metabolismo más elevado, es decir, quema más calorías que un cuerpo en baja forma.
La solución: Busca y descubre una actividad deportiva-recreativa que te guste y que puedas practicar varias veces por semana: andar en bicicleta, bailar, pasear, correr, jardinería, montañismo, natación,… ¡Todo menos desesperarte delante de la tele!
Problema 8 – Tienes más grasa y menos músculos
Tu cuerpo ha perdido firmeza y la falta de ejercicio ha debilitado los músculos y los huesos también!! El riesgo que tiene adelgazar si no se hace ejercicio es que acabas perdiendo músculo.
La solución: consumir proteínas en cada comida principal: huevos, pescado, carne blanca, jamón cocido y legumbre (lentejas, judías…).
Problema 9 – Sufres de retención de líquidos
Evidentemente!! Si tienes los 8 problemas anteriores tu cuerpo estará reteniendo líquidos y cada vez más. Es como una pescadilla que se muerde la cola y es necesario salir del bucle. Desgraciadamente también es algo hormonal. Además, seguro que empieza a aparecer algo de celulitis.
La solución: incluye en tu dieta preparados o alimentos diuréticos que además, te estimularán los riñones. Elige alimentos ricos en potasio como los espárragos, el hinojo, la pera, el plátano… ¡que ayudan a eliminar toxinas!
Problema 10 – No tienes sed
La sensación de sed disminuye con el paso de los años y ahora apenas bebes aunque tu cuerpo sigue necesitando agua. Seguramente habrás oído decir que «envejecer es oxidarse y deshidratarse». Resultado: eliminas peor los residuos del organismo y quemas menos energía.
La solución: Hidratarse !! Toma tés, añade la piel de los cítricos en las botellas de agua, toma infusiones… y consume frutas y verduras ricas en agua. Tienen pocas calorías y te saciarán gracias a la fibra que contienen. Las más hidratantes son el pepino, el calabacín, la lechuga y la sandía.
Conclusión
Como puedes ver estos 10 problemas están más relacionados con los hábitos de vida que con la edad en sí misma. La cuestión es que a partir de los 40 esos hábitos poco adecuados son cada vez más difíciles de cambiar. Cuanto antes empieces mejor.
Hay cientos de miles de mujeres y hombres que ya lo están haciendo y disfrutan de los 40, los 50, los 60 y más con el peso adecuado, una buena salud y una forma física envidiable.
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2 respuestas a «Adelgazar después de los 40. Diez soluciones y un menú»
Excelente artículo, yo pude adelgazar muy rápido aun con mis 42 años, creando un déficit calórico, sin matarme de hambre y con una dieta sencilla que cualquiera puede seguir, aquí te comparto todos los detalles.
Hola me encantaria que pudieras ayudarme con esa dieta que sguiste, tienes una pagina web donde pueda yo buscarla?