El cortisol, la hormona del estrés, nos impide adelgazar a pesar de las dietas y el ejercicio.
La relación entre estrés y cortisol
Llevas unos días cuidando la dieta, haciendo ejercicio en el gym, hidratándote y cuando por fin llega el momento de la báscula descubres que no solo no has perdido nada sino que has ganado un kilo más. ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué es lo que ha fallado?
Si has tenido unas semanas de mucho estrés por el trabajo, la familia o lo que sea, ahí tienes la respuesta. El estrés es el culpable de ese kilo de más. Te explicamos cómo.
Todo se debe a una hormona de tu cuerpo, el cortisol, que también se conoce como la hormona del estrés. Es una hormona que se dispara en situaciones de estrés y que puede estropear todo tu esfuerzo por adelgazar.
Era la hormona que se disparaba en nuestros antepasados del neolítico cuando tenían que huir de algún depredador o tenía que luchar contra un oso u otro animal para conseguir comer. Era una situación de huida o lucha, de vida o muerte y la hormona, ante esa situación de estrés, preparaba sus organismos para afrontarla. El ejercicio que se producía a continuación (la lucha o la huida) hacía que los niveles de cortisol volvieran de nuevo a sus niveles normales tras la situación estresante.
Hoy en día vivimos con mucho estrés. Pero en casa, en la oficina o en la calle no podemos salir corriendo y gritando de repente, que es lo que necesitaría nuestro organismo, así que el estrés se va acumulando y el cortisol en lugar de ser una ventaja se convierte en un inconveniente.
El cortisol se ha convertido así en uno de los principales enemigos de la salud en los países occidentales pues está directamente relacionado con la diabetes, la pérdida de memoria, la hipertensión, la obesidad, etc.
Si hay estrés aumentará tu cortisol
Ya sabes que en las situaciones de estrés tu cuerpo activa todos los mecanismos de defensa ante lo que pueda ocurrir. Las glándulas comienzan a producir cortisol y adrenalina y eso hace que tu hígado libere azúcar en tu sangre para que los músculos la puedan utilizar rápidamente. Lo notarás porque también aceleran tu ritmo cardíaco.
Pero si los músculos no utilizan ese azúcar extra y el estrés se repite todos los días entonces se convierte en una situación crónica que termina siendo muy perjudicial.
El cortisol acumulado te hace engordar
Si tu jefe te pone las cosas difíciles, duermes pocas horas, tomas mucho café o alcohol, o incluso te saltas la comida, tu cuerpo interpretará que debe segregar cortisol. Si te saltas una comida el organismo interpretará la caída de azúcar en sangre como una emergencia y actuará en consecuencia.
Estudios recientes han comprobado que los niveles altos de cortisol están relacionados con la alimentación impulsiva, las llamadas comidas por impulso. En estas situaciones de estrés nuestro cerebro busca calorías rápidas y solamente podemos pensar en comer cosas dulces.
Esto se debe a que el azúcar liberado por el cortisol se queda en la sangre, para responder a la situación de emergencia, y las células echan en falta su alimento con lo que el apetito se multiplica y envían señales al cerebro para que busque alimentos y si son hipercalóricos mejor.
Es muy difícil controlar esta forma de comer compulsiva una ves que tenemos la situación de estrés y arruinará cualquier intento de hacer una dieta y perder peso así que lo mejor es prevenir y evitar esas situaciones de estrés. O si puedes, cuando se produzcan sal corriendo y gritando hasta que tu organismo te diga basta.
En conclusión, si estás a dieta o quieres bajar de peso evita por todos los medios las situaciones estresantes.
Si no quieres perderte ninguna de las ofertas, novedades y noticias sobre dietas y productos para adelgazar te puedes suscribir con tu e-mail.